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El mundo en nuestras manos

Aquellos eran otros tiempos. Cuando las comidas tenían que ser copiosas, contundentes, fuertes, abundosas y recias. Cuando la demostración de que habíamos ido a comer era mostrar lo hartos que habíamos quedado. Eran otros tiempos que continúan en el imaginario. Qué queremos, cantidad o calidad. Hoy en día, en el imaginario de muchos y muchas, seguimos asociando comer bien con comer mucho. La cantidad, lo grande, lo mucho. Aunque los esfuerzos por parte de los divulgadores de la gastronomía inciden en que debemos comer y comer bien sin preocuparnos tanto por la cantidad y el exceso como por la calidad y aquello que realmente nos es provechoso.

Se trata de un asunto de educación. De formación del paladar. De la misma manera, igual que comemos mucho creyendo que comemos mejor, comemos lo que tenemos sin esforzarnos en pensar qué otras cosas podríamos probar. Probar, abrir el radio de acción, no parece ser compatible con una sociedad que cada vez más se recluye en sus certezas pese a tener todos los canales de información abiertos. Probar, educar el paladar en otras expresiones gastronómicas, dejarse formar y aconsejar, y además comer bien. Las posibilidades que se nos abren son infinitas. Y hacerlo con nuestras propias manos.

Cocinas para cocinar, para cocinar bien, por nuestros propios medios, combinando, ensayando, quizás errando pero siempre disfrutando de la cocina y su mundo. Sin tropezar en el escalón del mucho y demasiado, sin hacer las cosas por el mero hecho de salir del paso, sin prisa, con la ilusión de estar creando un plato, por sencillo que sea, que es nuestro.

La cocina, el mundo de la gastronomía, está lleno de posibilidades de gestión que luego nos van a ayudar en otros campos de nuestra vida. Valorar la calidad, la capacidad de aprender y ensanchar nuestro mundo, atreverse a hacer la cosas y disfrutar con el proceso, con la preparación y con la ejecución final.

La cocina como un mundo, como un universo en sí mismo en el que los factores se combinan para dar un resultado espectacular, sencillo y siempre nuestro. Y el mundo es nuestro.

Xavier Lahuerta, lidera en España el concepto Gastronomy Ambassador, que además de ser un chef de reconocido prestigio, crea, implementa y ejecuta estrategias de internacionalización de productos gastronómicos españoles ene l mundo y asesora a productos internacionales en su distribución en España.

Además de ofrecer experiencias gastronómicas únicas y showcookings en España y a nivel internacional, algunos de ellos muy exclusivos.